Este es el día en el que vale la pena aguantar todo el sol y el calor por estar ubicado en el centro de la caja, lo más cerca posible de los jueces. Y ahí estuvimos. A las 9 AM ya estábamos sentados esperando que arrancaran los vuelos de calibración de los desconocidos.
El día de finales, cada uno de los 10 pilotos finalistas hace 3 vuelos: 1 desconocido que les entregan la noche anterior, un F-25 y otro desconocido también entregado la noche anterior. Como los jueces no han visto nunca ese patrón ser volado, reciben a veces dos o tres vuelos de “exhibición” o “calibración” para poder empezar a juzgar a los finalistas.
En los desconocidos juegan muchos factores que no pesan tanto en los P o en los F: el ajuste del avión, el comportamiento en maniobras de mucho timón, la calidad del caller o copiloto, el entrenamiento de desconocidos durante la temporada, el conocimiento del catálogo de maniobras, la predicción del tiempo de vuelo para no pasarse de los 8 minutos reglamentarios, entre otros. Volar desconocidos en un mundial es otra liga.
Vimos cosas muy positivas y solo voy a hablar de lo bueno, porque llegar a esa instancia de por sí ya es muy difícil como para venir yo a destruirle el vuelo a un piloto de esa talla.
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Admirable el trabajo de Antonin Paysant Le-Roux, que con la leyenda de su papá y en su segundo mundial ya se metió en sus primeras finales.
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Increíble la geometría de Andrea Cervi, con su avión diseñado por él mismo en madera, que traza unas líneas rectísimas. Usa una contra de piñones de diferente diámetro que suena como un resonador muy particular, y hélices parecidas a las Dualsky que llevan ese Soluna a una velocidad muy constante.
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Sorprendente cómo Carrier lleva ese Velar con una hélice tripala Falcon 20x13.5 a velocidad constante y frenando bien. Sobre todo después de tanto palo que le hemos dado a esa hélice con Federico, ya veo que nos falta trabajar más para encontrarle el punto porque sí se deja usar en vuelo constante.
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Notamos que Andrew le bajó un poco la velocidad a su vuelo y esto mejoró muchísimo la presentación y gracia de su rutina, que siempre ha sido demasiado precisa y geométrica. Creo que eso le ayudó mucho.
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Lassi voló con el Glacial V4, la última versión, con alas más separadas y la cola más alta. Me parece que un poco más rápido que en Australia 2023, cuando voló el Glacial V2 (el mismo avión de este servidor, pero más liviano). Personalmente me gustaba más la velocidad y distancia de 2023, pero igual este año voló como siempre: una BESTIALIDAD de bien, preciso, geométrico y agraciado.
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Onda y Suzuki muy bien. Nos llamó la atención que vuelan con aviones lastrados: tienen botellas de agua dentro y las usan para balancear según las condiciones. Unos sufrimos por peso y balance, y los otros montan botellas de agua 😕.
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Gernot Bruckmann aceleró su paso y se alejó un poco. Se le ve cómodo con el Mantra, que es un gran avión. Tuve la oportunidad de volar el de Martin, y qué gran avión.
Pete y Jason de USA muy bien también, como siempre. A Jason le llegará su momento de levantar esa copa
El primer desconocido lo ganó Onda por mucho. Todos pensamos en ese momento que iba a quedar campeón mundial, porque iba a ser muy difícil que en el F o en el segundo desconocido alguien le recuperara esa ventaja. La team manager de Japón saltaba de la felicidad cuando vio que Onda normalizó ese vuelo con un 1000.
Con lo que no contaban era con que Andrew Jesky iba a sacar el F-25 más absurdamente impecable que se haya visto en estos dos años. Líneas absolutamente perfectas, subidas verticales totalmente corregidas, ratas de rollo consistentes… En fin. No hubiera querido estar en los zapatos de esos jueces, porque juzgar ese vuelo debió ser dificilísimo. Ese 1000 en el F lo empujó cerca de Onda. Lassi también venía con muy buenos puntajes.
En el segundo desconocido, Lassi hizo un buen vuelo, pero Onda tuvo dos errores en snaps: uno en 1 ½ snap subiendo en una figura P y otro en 1 ¼ snap bajando en una stall turn central. Después de eso, Andrew ya sabía que con hacer un desconocido consistente, seguro y sin errores mayores, podía ganar el mundial. Y así lo hizo.
Estoy muy feliz por Andrew de que haya ganado su primer mundial, porque soy testigo de la disciplina, el tesón, el anhelo y la intensidad con la que ha trabajado por esto.
Premiaron el mundial: ganó Estados Unidos por equipos y Seth quedó campeón mundial Junior. Es un chico australiano de 14 años que vuela muy, pero muy bien, con un futuro prometedor porque desde ya se está codeando con los grandes.
En la noche salimos a comer y al otro día madrugamos para iniciar el periplo Muncie – Chicago – Miami – Medellín, que transcurrió sin problema, salvo por American Airlines, que por primera vez se puso “creativa” con las tarifas del equipaje y aquí nos tiene redactando reclamos en línea porque nos cobraron mal (o al menos eso creemos).
Fuimos muy felices, disfrutamos mucho. El clima caliente mejora cualquier paseo y la buena compañía de los amigos y la familia lo son todo. Por muchos mundiales más así… ¡nos vemos en el próximo!
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