El día empezó muy a las 7:30 a. m. cuando me entraron varias llamadas de trabajo que me tuvieron sentado en el computador casi hasta las 11 de la mañana. Afortunadamente, Benjamin y Martin habían acordado no poner alarmas hoy porque el día de ayer había estado muy largo y venían muy mal dormidos y necesitaban recuperarse, y efectivamente se despertaron a la misma hora que yo me pude parar de trabajar. Nos organizamos, preparamos los almuerzos y salimos para la pista.
Este sitio donde estamos entrenando es una pista pavimentada de 240 metros de largo por 18 m de ancho, totalmente pavimentados, con una caseta muy cómoda, energía eléctrica, prácticamente cero árboles al frente y una caja de vuelo totalmente despejada. Esta pista la creamos en Flight Coach también, por lo que vamos a poder utilizar la herramienta de juzgamiento electrónico aquí esta semana.
Al llegar, había un socio del club. Ellos ya sabían que nosotros veníamos porque habíamos hecho todo el proceso de escribirles con antelación y pedirles el permiso de volar y explicarles todo el cuento en el que estábamos. En la medida en que empezamos a armar los aviones, fueron llegando varios de ellos y estuvieron con nosotros un buen rato.
El primer vuelo de prueba lo hizo Martin, y en este vuelo le sentimos al avión de él un sonido medio raro en el motor, pero estaba venteando muchísimo y no se sentía bien qué pasaba. Él aterrizó sin problemas. Luego salí yo, hice un vuelo P-25 con mucho viento. Por ahí en mis historias de Instagram subí un video de ese vuelo donde se oye el traquido del viento. Luego despegó Benjamin, ajustando el trim de su avión y haciendo algunas pasadas de prueba y cogiéndole el tiro al aterrizaje porque él nunca había aterrizado en pavimento. Cuando despegó la primera vez, le dije: "estamos volando juntos en otro país". Ojalá sean muchos otros más.
Luego salió Martin, ahora sí a hacer un vuelo en serio, con mucho viento, y en el ascenso para entrar al triángulo se quedó sin potencia. Pensamos que podía haber sido la pila y entró sin problema. Luego de revisar muy bien qué había pasado, vimos que el piñón conductor del contra VLV que movía la hélice trasera se había soltado del eje y estaba resbalando. Esto no es grave, ni es un daño que necesite repuestos, pero sí necesita desmontar el motor y desarmar el contra para repararlo. Y esto no se debe hacer en la pista, y menos con ese viento tan HP.
Benjamin y yo hicimos dos vuelos más, y desarmamos temprano para ir a la ferretería del pueblo y comprar un Loctite y un disco para hacer el arreglo, y salimos para la casa. Nuestra casa está a 30 min de la pista.
Al llegar, inmediatamente nos pusimos en la tarea y, en cuestión de hora y media, ya habíamos arreglado el tema. Al motor va a haber que hacerle un mantenimiento cuando llegue a Colombia a cargo de Jorge Lozano, pero por ahora creo que quedó en buen estado. Mañana lo probaremos. De todos modos, muchas gracias al profe José Fernando Acevedo que nos mandó para acá con un contra de repuesto por si las 🪰
Esos motores contra son muy delicados de desarmar, principalmente por la alineación. Los tornillitos se roban muy fácil, es difícil saber cuánto torque es el justo en el apriete cuando se arma, entre otras cosillas que tiene.
De ahí fuimos al supermercado a acabar de hacer el mercado que no hicimos ayer porque estábamos cansados y era muy tarde, y de ahí una muy nutritiva y saludable parada en el Taco Bell.
Siempre que se llega a estos viajes se tarda uno un par de días en aclimatarse y, sobre todo, en establecer métodos y rutinas. De alimentación, de transporte, de entrenamiento, de logística, etc. Cada frente necesita organizarse porque uno en estos viajes necesita estar cómodo, sin gastarse un millón de dólares, siendo eficiente en el tiempo, en el entrenamiento, en el uso de la energía física, y en general hay que optimizar lo más que se puedan todos los recursos.
El viento de este sitio, a pesar de que es muy fuerte, es mucho más manejable porque es muy laminar y no sacude tanto el avión. Se siente como una fuerza plana constante en el avión y no como el viento de las montañas que se siente sacudiendo el avión. Ya Martin debe quedar con su avión listo para entrenar mañana, y los aviones de Benjamin y míos están funcionando sin ningún problema. Hay que tener mucho cuidado con el viento en esas pistas de pavimento tanto despegando como aterrizando porque es muy fácil despuntar un ala o dañar una hélice en un descuido dejando el avión sin sostener.
Mañana vamos a volar más temprano, y ya les contaremos. Abajo, escrito de Benjamin y algunas fotos:
Marcelo
Reconocimiento de la pist apenas llegamos |
Tráfico en el taxiway |
Benjamin probando las aproximaciones |
El poderoso BJ Craft Epilogue de Benjamin Osorio |
Ya tengo mas entradas que el Atanasio Girardot |
Martin Salazar y su Gostanian Design Mantra |
Haciendo mercado saludable de Nutella y galletas |
Desmontando el Contra VLV |
Se nos robo un tornillo de sujeción a la pared de fuego (bueno uno no, tres de los 4) |
Los aviones hubo que agarrarlos de los postes para que no se los llevara el viento mientras no volábamos |
Caseta del club con algunos de sus integrantes |
Benja después de su primer vuelo en otro pais |
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